jueves, 22 de noviembre de 2012

Producción y Ambiente


La necesidad de la conservación del ambiente, es un tema que ha venido cobrando fuerza progresivamente a nivel mundial.

El viejo paradigma de que invertir en la conservación ambiental es mal negocio, por no producir ganancias, está cambiando. La toma de conciencia de los empresarios, la presión de los gobiernos hacia la empresa privada para obligar a  la adopción de normas ambientales y las exigencias de los mercados (fundamentalmente internacionales)  que demandan que los productos se generen mediante procedimientos amigables con el ambiente, son en cierta medida responsables del cambio.

Vemos en el país como grandes empresas, vienen adoptando además de los sistemas de aseguramiento de calidad (como el ISO-900), estándares internacionales de gestión ambiental como el ISO-14000.

El ISO-14000, es un sistema de normas que definen herramientas y sistemas dirigidos a los procesos de producción al interior de una empresa u organización en particular, así como de los efectos que de estos se produzcan sobre el medio ambiente. Aunque las normas ISO-14000, no establecen normas ambientales para la prevención de la contaminación ni el desempeño ambiental mundial en esta materia, al reducir el impacto de empresas de manera individual, aporta su granito de arena a la preservación ambiental.

La presión oficial para obligar a la conservación, se refleja en la implementación de normas de corte ambiental. La nueva Ley Penal del Ambiente de Venezuela, es un buen ejemplo de ello. Las sanciones establecidas por la inobservancia de este instrumento legal, cambia de manera radical el paradigma hacia  “que no invertir en el ambiente es mal negocio”

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